×
estrella

Función solo para suscriptores

Este contenido está disponible solo para suscriptores. Escucha las noticias en audio y mantente informado sin interrupciones.

Suscribirme

La conversación con Carlos Santana —77 años, diez premios Grammy, más de 100 millones de discos vendidos— comienza con una sonrisa. La suya, serena, aparece al otro lado de la ventana de Zoom. Es una rueda de prensa con medios de distintos países que incluye tandas de entrevistas individuales: el tipo de evento en el que muchos artistas suelen mostrarse cansados, mecánicos, poco entusiastas ante preguntas repetidas. Pero Santana no parece estar en piloto automático. Luce enérgico. Conectado. Con muchas ganas de hablar de “Me retiro”, su nueva canción en colaboración con el grupo Frontera. El artista habla con calma y claridad, y dice sentirse “entusiasmado, agradecido y contento” de hablar con el Perú, un país con el que tiene una historia compleja. Una historia que empezó en 1971, cuando fue expulsado por el gobierno militar, en una anécdota que padres y abuelos aún recuerdan con decepción.

Contenido Sugerido

Contenido GEC