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Tengo al ganador pero no lo conozco. Crónica de Fernando Vivas sobre las precandidaturas para el 2026
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¿Lo mal votado o lo bueno por votar? ¿Qué lanzarán los partidos? El dilema es angustiante. Hace 4 años la mayoría desechó a los ‘insiders’ con credenciales académicas, carrera política y/o gestión pública a cuestas; para votar por un outsider con clamorosas limitaciones personales. La percepción del ‘candidato como tú’ para una gran mayoría ajena al centralismo limeño y a las élites costeñas, aplastó a cualquier virtud de sus competidores. El fiasco fue tan grande que podría estar cancelada para el 2026 la posibilidad de que gane alguien de la talla de Pedro Castillo. Aunque la vibra pesimista diga la contrario, en las elecciones sí hay aprendizajes, no se patea exactamente a la misma piedra.
Sin embargo, la esencia del perfil de Castillo -hombre ligado a la mayoría regional, andina, ajena a las élites- sigue siendo potente. La idea de ‘un Castillo, pero capaz, no radical, que sepa gestión’, tienta a algunas dirigencias que buscan cuadros entre sus bases pensando que quizá prometan más que los pre candidatos conocidos. La desaprobación al gobierno central y al Congreso se ha acrecentado de tal forma que podría envolver a sus mediáticos precandidatos si se les percibe ligados o complementarios al establishment capitalino. Por ejemplo, el muy famoso Carlos Álvarez, viene de burlarse por décadas de los políticos y esa debiera ser una credencial de outsider, pero a la vez es un reflejo chillón de los insiders.
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RecíbeloÁlvarez tuvo un feliz encuentro -o eso creyó- con el flamante País Para Todos (PPT), liderado por el ex alcalde de Huaraz, Vladimir Meza, que construyó el partido en base a alianzas con líderes regionales que se sintieron amenazados por la reforma constitucional que buscó desaparecerlos. Hace unos días, en un mensaje sin humor, Álvarez admitió que su candidatura peligra por desacuerdos con PPT. Su video renegón es parte del pulseo de muñeca que Carlos hace con Meza. Intenté hablar con este último, pero solo me confirmó que están resolviendo diferencias y que no van a declarar. Pronto sabremos si esa candidatura implosiona como la de Hernando de Soto o se mantiene viva. Evidentemente, PPT no se puede dormir: tienen que buscar entre sus bases regionales ese perfil de ‘candidato como tú pero que sabe más que tú’ de reserva en caso pierdan a Álvarez. Lección del Perú electoral del 2021: las crisis de liderazgos convive con la sed de representación, no se puede entender una despreciando la otra, no se puede poner todos los huevos en la canasta de los famosos.
Somos Perú, el ‘fiel de la balanza’ en el Congreso, es un ejemplo perfecto de lo que tratamos de decir. Conversé con su secretario general, Mario Fernández, y me confirmó que tres de sus precandidatos son el ex candidato presidencial George Forsyth (por Victoria Nacional), y los actuales gobernadores Werner Salcedo del Cusco y Jorge Pérez de Lambayeque. “Todos con experiencia de gestión pública”, subraya Mario, para que no olvidemos que Forsyth fue alcalde de La Victoria.

La dualidad Lima/regiones pesará bastante en la opción final somista. Además de esos tres mentados, Somos tiene más de 400 autoridades nacionales en ejercicio, entre alcaldes distritales y provinciales sumados con sus aliados regionales, y cualquiera de ellos que destaque por indicadores de su gestión tiene proyección política. Según encuesta del IEP de enero de este año, el 27% de peruanos está satisfecho con el alcalde de donde vive y el 24% con su gobernador. Alrededor del 40% piensa que su autoridad local no es ni buena ni mala. Son resultados ostensiblemente mejores a los de ministros, congresistas y dirigentes de partidos tradicionales.
Luego de Somos, APP es el partido con más autoridades locales a nivel nacional. Tiene alrededor de 200. El número creció gracias a alianzas que pudo hacer con movimientos regionales espantados por su posible desaparición oficial. Además de debatir en sus fueros íntimos quién de la dinastía Acuña -César o Richard- pudiera presidir la plancha, también pasarán revista a sus cuadros con buena gestión local que exhibir. En trance similar está Podemos, cuyos ‘líderes naturales’, el fundador José Luna Gálvez o su hijo José Luna Morales, tienen menos sex appeal electoral que los Acuña, mientras su cuadro Daniel Urresti espera ser liberado de prisión gracias a la ley que declara la prescripción de crímenes de lesa humanidad cometidos antes del 2002 (como es su caso), pero que muchos jueces se resisten a aplicar por considerarla inconstitucional. El dilema de Podemos y los demás tiene que resolverse antes del 30 de noviembre, fecha límite para las elecciones internas de los candidatos de cada partido y alianza.
Un caso resuelto
Nuevo Perú por el Buen Vivir ya resolvió el dilema. Desechó lo malo conocido y buscó lo bueno por conocer. Ha anunciado, tras una reunión de su consejo nacional, la precandidatura oficial de Vicente Alanoca. Verónika Mendoza ya había dado un paso al costado meses atrás. Nadie le creía pero, con este anuncio, se le debe creer. NP carga la mochila de haber cogobernado una temporada con Pedro Castillo y ese trauma/lección de ineptitud se lee en reversa en el perfil de Alanoca: Antropólogo con dos doctorados en España y docente en la Universidad del Altiplano. Su formación, por lo menos, descarta la inopia castillista. Su radicalidad, si la confirmara, será ilustrada y quizá aggiornada a diferencia de la de Perú Libre.

Conversé con ‘Mocha’ García Naranjo, vocera de NP, y me contó su propia manera de entender el dilema que pretenden resolver: “No es entre lo malo conocido y lo bueno por conocer, sino entre la continuidad y la renovación. Y se ha hecho posible, en buena parte, gracias al desprendimiento de Verónika”. Quien sí fue contendiente de Alanoca en la pugna de precandidatos, fue Julio Castro Gómez, médico y veterano ex congresista de Izquierda Unida en los 80. Pesó más el perfil regional con cartón. Y pesó algo más según la vocera: “Tenemos una deuda pendiente con Puno, fue la región más golpeada por el gobierno actual”. Eso es evidente, ¿pero se puede representar hoy al Perú desde Puno y la identidad aymara? “También lo hemos evaluado”, replica ‘Mocha’, “pero en la plancha ya complementaremos la representación de las otras regiones”.
Imposible presumir cómo le irá a Alanoca si subraya o no su identidad aymara para proyectarla como condición de subrepresentación nacional con apetito de voz y voto; teniendo en cuenta que es la derecha la que está de moda y no las distintas versiones de la izquierda. Ni siquiera podemos presumir si los votos de Castillo, de aquellos que piensan que los limeños no lo dejaron gobernar, podrían ser absorbidos por NP o por otros partidos que los persiguen con más explicitud que NP. Vaya uno a saber si saltará la valla como lo hizo Verónika Mendoza en dos oportunidades. Pero el anuncio de NP es un síntoma transversal a izquierda, centro y derecha.
El espectro de partidos recién inscritos se pregunta si el hecho de haber sido obligados a mostrar sus cartas presidenciables tan temprano -¡antes del 12 de julio del 2024, dos años previos al Día D!- los ha precipitado a liarse con jugadores que llegarán cansados, o no eran los mejores, o merecen ser relevados por carne fresca, inmaculada, con ansia de ser incluida, con aptitudes académicas y experiencia de gestión local. Nos quejamos de una explosión de 43 presuntas candidaturas, pero lo que vemos es una implosión de pre candidatos: Hernando de Soto, a pesar de que figuraba en el top 5 de algunas encuestas, renunció a Progresemos; antes lo había hecho Carlos Añaños a Perú Moderno; el PPC perdió 3 (Javier González-Olaechea, Fernando Cillóniz y Óscar Valdés) de los 4 precandidatos que pregonaba (ahora queda su presidente Carlos Neuhaus); Carlos Álvarez, como ya vimos, amenaza con patear el tablero.
En el más viejo partido, el APRA, se miran las caras, escépticos, veteranos como Jorge del Castillo y Hernán Garrido Lecca, anunciando su intención de medirse en justas internas. En Acción Popular, salvando distancias pues ellos sí saltaron la valla con suerte, las cosas no son tan distintas entre Alfredo Barnechea y el actual presidente del partido, Julio Chávez. El modesto consejo de NP a todos ellos es que tengan en la banca a sus ‘Alanocas’ que por supuesto que los hay en sus filas, con cartón y obra.