
Hace años que venimos escuchando promesas sobre coches inteligentes, ciudades futuristas y la famosa conducción autónoma que supuestamente iba a cambiar nuestras vidas. A veces me parecía más ciencia ficción que otra cosa. Pero cuando te topas con casos como el de Toyota, te das cuenta de que, en serio, hay compañías que están apostando fuerte por cambiar el mundo… y no solo por vender coches. Aunque, eso sí, no quiere decir que lo vaya a conseguir, pero veremos...
Toyota no es una más del montón. Estamos hablando de uno de los gigantes de la industria automotriz y, de hecho, de las empresas más influyentes del planeta. Y aunque muchos la asocian directamente con autos híbridos (son líderes en eso), lo que están haciendo ahora va mucho más allá del motor y las ruedas. Lo que quieren, y lo dicen sin rodeos, es lograr un mundo sin accidentes de tráfico, algo que podría cambiar el planeta para siempre.

UNA TRANSFORMACIÓN CON PROPÓSITO
Akio Toyoda, presidente de la compañía y nieto del fundador, se hizo una pregunta clave que cambió todo: “¿En qué tipo de empresa debería transformarse Toyota?”. Puede parecer una reflexión filosófica, pero fue el punto de partida para un cambio de mentalidad dentro de la empresa. Como él mismo contó tras el CES 2025, esa duda se convirtió en una llamada a todo su equipo para pensar más allá del negocio: “Las empresas automovilísticas tenemos una responsabilidad para con la sociedad”.
Esa responsabilidad se está traduciendo en hechos concretos. Toyota lleva cuatro años construyendo un proyecto que parece sacado de una película futurista: Woven City. Es una ciudad piloto, totalmente sostenible, donde se prueban tecnologías de movilidad, inteligencia artificial, robótica y más. Lo que buscan allí es entender cómo deben convivir los coches, las personas y la infraestructura. No se trata solo de tener autos que se manejen solos, sino de rediseñar el entorno donde van a circular.
EL AUTO INTELIGENTE APARECE PARA SALVAGUARDAR VIDAS
Lo que más me impactó de lo que dice Toyoda no es que estén trabajando en vehículos autónomos (eso ya lo hacen muchos), sino su enfoque humano: “Estas funciones deben proteger la vida de las personas”. Así, con esa claridad. Porque para ellos, un coche no solo debe llevarte del punto A al punto B sin que toques el volante, sino que debe ser capaz de anticiparse a peligros, adaptarse a su entorno y, en última instancia, salvar vidas.
Y ojo con lo que viene a continuación, porque aquí es donde Toyota se diferencia: no creen que todo dependa del coche. Lo que proponen es un enfoque triple: vehículo, infraestructura y personas. No basta con tener el mejor auto automatizado si las carreteras no están preparadas o si los peatones y ciclistas no están integrados en el sistema de movilidad. Es un enfoque ambicioso, pero también muy realista si todas las partes se involucran.

UN OBJETIVO QUE PARECE LEJANO, PERO NO IMPOSIBLE
¿Te imaginas un mundo donde no haya más accidentes de tráfico? Donde no tengas que recibir esa llamada terrible porque alguien tuvo un choque. Akio Toyoda lo dijo sin rodeos: “Nuestro objetivo final es lograr cero accidentes de tráfico en la sociedad”. Y no es solo una frase bonita para una presentación. Están investigando, invirtiendo, probando, y sobre todo, escuchando.
Porque al final, lo que buscan no es solo innovar por innovar, sino construir un futuro más seguro. Personalmente, me da esperanza ver que una empresa con tanto poder esté usando su influencia para algo así. Y sí, aún falta camino por recorrer, pero al menos hay quienes están empujando fuerte en la dirección correcta.
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Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con siete años de experiencia en medios de comunicación escritos, tanto en ediciones impresas como digitales. Actualmente redacto para el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.